PARABELLUM – «El Grito Del Hambre» – 2022

PARABELLUM

PARABELLUM – «El grito del hambre» – 2022

PARABELLUM – «El grito del hambre» – 2022

Desde Barakaldo y con mucho amor (escuchando sus canciones así lo sentimos) llegaron allá por el año 1983 tres jóvenes con mucho que contar. Josu Korkostegi (voz y batería), Juanan Fernández (guitarra) y Txisko Llamas (bajo), un power trío que funcionaba de maravilla y desde el minuto uno cosechando cientos de adeptos. En el 86 Juanan tiene que cumplir con la patria (la extinta «mili») y Txetxu Martínez entra a formar parte de la banda con labores de apoyo a la voz también, quedándose tras la decisión de Juanan de no continuar. En el 89 Txisko sufre un accidente de tráfico y es Juan Carlos Lera quien se hace cargo del bajo en su ausencia. Tras recuperarse, decide no seguir adelante y deciden reforzar las seis cuerdas con un segundo guitarra, Lino Prieto. Pocos meses después Lino y Juan Carlos intercambian instrumento quedando una formación muy estable hasta diciembre del 98, cuando Txetxu y Juan Carlos deciden apearse del barco por distintos motivos entre los que podríamos destacar el desánimo por la situación social y política convulsa en ese momento, impidiendo la lógica evolución de una formación muy consolidada y con muy buen nivel. Este es un momento clave porque quizás hay un sentimiento de que la banda lo ha dejado, y no, Parabellum nunca dejó de existir como proyecto, solo pararon unos años, cada cual tiró por un sitio, pero nunca perdieron contacto. Es en 2003 cuando Josu, Juan Carlos y Lino se reúnen y deciden retomar el camino, entra Pedro de la Osa como segundo guitarra y desde ahí podemos decir que empieza otro nuevo capítulo en la banda. Todo va muy bien hasta que Juan Carlos sufre un infarto y entonces la formación se amolda a la salud de su amigo, espaciando los conciertos y haciendo que todo fuera a la velocidad que marcaba la salud de Juan Carlos. Finalmente, en 2014, fallece dejando un hueco imposible de ocupar. Con todo el dolor del mundo en 2015 se le hace un homenaje donde van pasando por el escenario muchísimos de los músicos y amigos de la banda y dejan de nuevo aparcado un proyecto que, a todas luces, tenía todavía mucho que decir.

2017 es el año en el que se incorpora a la banda Iñaki Setién, y en el que son invitados a participar en un concierto que, viendo que aquello seguía muy bien engrasado, deciden que puede ser hora de continuar todo aquello que quedó en el camino, más aún con la reciente incorporación. Terminan de preparar el disco que dejaron pendiente, y mientras el rodaje de la banda sigue su curso, haciendo algún concierto, sacan un cd con dvd de directos hechos en Madrid y Bilbao en 2018 «La locura continúa».

Con la pandemia todo queda congelado, pero en 2022 sale, por fin, uno de los discos más esperados del panorama del punk-rock, «El Grito del Hambre» entra directamente en primeros puestos de ventas y es el que nos ha dado alas para realizar esta crítica… sigamos con ello…

Primera escucha

Tengo plena confianza en que este disco me va a gustar. Y cuando digo gustar, estoy diciendo que ha de quedarse en el gran montón de buenos discos que tengo en mi colección, que va a ser de esos que inevitablemente voy a tener que revisitar muchas veces… sí, esa era la impresión y eso es lo que ha ocurrido.

Las canciones me han transmitido mucha fuerza por lo enérgicas que son. Josu maneja bien los tiempos matizando aquellos momentos que lo requieren y transmitiendo muy bien cada mensaje. He visto cosas claras en cuanto a las letras en esta primera escucha, y ha sido una preocupación en un sentido muy amplio de la palabra por todas las cosas que están pasando a nivel mundial. No falta la crítica a este sistema en el que estamos condenados a vivir y algunas soluciones que se pueden plantear quizás no sean las más recomendadas, pero vamos a entrar de lleno en cada canción y ya, analizando una a una, creo que lo veré más claro, o no…

Canciones

1-Demonios en el jardín – Es la canción más larga que Parabellum ha grabado, sin pretensión, pero es lo que el tema pedía. Los demonios de cualquier jardín son esas ánimas que pasean por nuestras mentes, todos las tenemos, y aquí Alex Sanz ha sabido plasmarlo en un clip con una genialidad fuera de lo común, y no digo nada más, hay que verlo. La canción avanza sobre una melodía que atrapa desde el principio con ese final de cajita musical que se mezcla con el coro de niños. Bestial!!!

2-Arráncame el bozal – Esta no es otra canción más donde se trata el tema de las enfermedades mentales, es mucho más que eso. Se trata de que no lo podemos obviar, todos podríamos contar cosas al respecto. El tema está muy bien planteado tanto en el espectro musical con que se arropa, como la manera de escribir/describir sensaciones y síntomas. Y aquí tenemos otro clip de Alex Sanz que lo vuelve a clavar.

3-¿Quién fue el culpable? – Buen tema que me lleva a pensar en lo mal que está el mundo por culpa de todo ese capitalismo e instituciones imposibles de derribar. Es solo una de las posibilidades. Con la música inicial, a lomos de un buen ritmo de batería, atrapa la atención y la letra deja clara cierta denuncia contra esos símbolos de poder mundiales.

4-Somos un tren vivo – Mucho matiz adornado un tema en el que Josu demuestra buenas dotes de registros vocales y donde se trata un tema que, con total seguridad, a todos se nos pasa por la cabeza a diario, lo de saber que podríamos haber hecho más en muchos momentos, o, al menos, algo. Ese tren vivo al que se hace referencia somos nosotros, si nos quedamos quietos, malo. Es lo que percibo de esta canción, ¡ah! y ese riff con el que termina, muy bueno.

5-Marionetas – Otro tema del que se escuchan más canciones es este, el de ser auténticas marionetas de un sistema abocado al consumo y a seguir manteniendo el control. Frases como «somos esclavos acomodados y programados» dejan claro el mensaje. Canción corta y directa.

6-El grito del hambre -El título que se toma para el nombre del disco hace referencia a esas políticas totalmente desastrosas que más que ayudar parece que van en contra de aquellas personas que huyen de sus países buscando refugio en un primer mundo que, mentalmente, parece no avanzar si no todo lo contrario.

7-Ya nada es igual – Esta es una buena canción de amor, de esas que Parabellum hace para que creamos que el desamor ha golpeado la puerta, y quizá sea así, pero me la llevo al terreno de una huída, por una frase, solo por eso «…es importante tener delante la puerta de atrás», y el resto es todo ese vaivén incomprensible que suscita una relación difícil… Hay, además, unos riffs que delatan algo parecido a ese tiempo como muerto, pero que acaba siendo el que se usa para tomar decisiones. Bueno, que la olla se nos va a todos está claro, y si no analiza lo que acabas de leer (risas).

8-Rojo sobre negro – Entrada con un riff denso y un par de frases lapidarias. Diría que el suicidio es parte de esta temática, ese rojo (sangre) sobre negro (el asfalto, la calle) dos colores que, mezclados, la tonalidad no es muy atractiva. Claramente la ruptura genera tensiones y en esa nueva dimensión hay cosas que el sentido se antepone, detalles que antes eran vacíos, ahora no. Ese riff del final, alargado, mantiene el vilo de si al final el paso fue hacia adelante o no, y sí, el riff acaba con la canción…

9-En este agujero – Es el tema que musicalmente dejó Juan Carlos, listo para ponerle letra y después hacer los arreglos necesarios. Otra vez ese amor que por lo que sea se puede tornar imposible, o difícil, o también una manera de romper e, incluso, gritar la necesidad de unirse más. No sé, opciones yo le veo muchas. En cualquier caso, ahí se queda, en ese agujero.

Conclusión

De los nueve cortes, me quedo con todos. Muy buena la forma en que describe momentos turbios que provocan las enfermedades mentales, el arraigo del capitalismo que para mantenerse hace cosas que nunca entenderemos, el control al que estamos sometidos, las canciones de amor… sí, y musicalmente creo que ponen toda la carne en el asador, pero quiero añadir que es por el modo de crear que tienen, sí, lo hacen de tal manera que las propias composiciones van pidiendo esa caña y energía que destilan. Los trallazos de rock rabioso están por todo el disco con muchísimos detalles y matices que provocan que quienes escuchen sientan más todas esas canciones. Son nueve, quizás he pensado en algún momento que me hubiera gustado alguna más por eso de que quizás un número menor de diez no es lo más habitual (ya ves qué chorrada), pero no, el trabajo es este, son los nueve cortes y todos ellos van muy bien enlazados contando realidades bárbaras que están en nuestro entorno… sí, los Parabellum nunca se fueron, aunque hayan tardado veinticuatro años en sacar nuevo disco.

¡SALUD!

KIKO CASADO

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